La cátedra de Jesús Abad Colorado

Wilmar Jaramillo Velásquez

En el marco de los 35 años de fundación de la emisora Apartadó Estéreo que dirige el empresario, José Phidalgo Banguero Zapata, organizaron el “Foro Libertad de Prensa y Ética Periodística” a cargo de dos veteranos periodistas, Jesús Abad Colorado y Luz María Sierra Lopera, directora del periódico El Colombiano.

De resaltar el interés por este tipo de encuentros, la buena asistencia al mismo de un público calificado, atento, inquieto por indagar, interrogar sobre los temas tratados.

Desde mi punto de vista muy personal, me quedo con las enseñanzas de Jesús Abad Colorado, acucioso periodista de campo, el hombre que recorre a pie, en mula, carro o avión el territorio con afros, indígenas, mulatos y campesinos de la geografía nacional en busca de realidades para convertirlas en historias, en documentos periodísticos.

Sin entrar en discusiones bizantinas, el periódico El Colombiano tiene muy poco que enseñarnos de ética o de cómo hacer periodismo, ellos que hicieron una purga para expulsar las mejores plumas, brillantes librepensadores que no aplaudían el discurso de la extrema derecha a la cual el periódico le sirve de frente, sin sonrojarse, expulsados que por fortuna acogió El Espectador.

Ellos que acosaron sin tregua el gobierno anterior de Medellín, con todos los defectos que tuvo, pero que hoy aplauden a reventar todas las acciones del gobernador Rendón y de Federico Gutiérrez, quienes generosamente responden con millonarias sumas de dinero público y que parecen ángeles que no se equivocan, sin adentrarnos en otros vericuetos de mayor profundidad que son de dominio público, muy poco nos podrán enseñar.

Yo me quedo con la escuela de Jesús Abad, un curtido periodista que el único mal que le ha hecho a Colombia fue atreverse a ponerle rostro humano a las víctimas, a visibilizarlas cuando eran simples números de la estadística estatal o lúgubres NN en los sombríos cementerios del país.

Un investigador serio, quien rechaza la violencia de todos los actores y protagonistas incluyendo la más sensible, los crímenes de estado, se atreve a señalar al general Rito Alejo como responsable de promover y apoyar al paramilitarismo, verdad que tanto molesta a algunos amigos del poder económico, quienes ni siquiera creen en las versiones de los mismos militares ante la justicia confesando sus crímenes.

Jesús Abad es reposado, sereno en sus intervenciones, no cae en la provocación, no pierde la compostura, nos recuerda siempre la importancia de recorrer el territorio en busca de la verdad, sin chismes, hoy se concentra en “la memoria en clave de futuro”, la construcción de un pacto por la vida y dentro de ese humanismo que lo arropa es un convencido en que tenemos esperanza, que, las nuevas generaciones no tienen por qué heredar los odios de quienes fomentaron la guerra.

Jesús Abad nos recuerda en sus disertaciones que los títulos no hacen buenos seres humanos, que sus imágenes son contra el olvido, que en los campos de Colombia habitan campesinos buenos y nobles cultivando la tierra.

Yo diría que después del sociólogo y periodista Alfredo Molano, no hay otro comunicador en Colombia como Jesús Abad Colorado que haya recorrido el territorio nacional en busca de historias relacionadas con el conflicto armado para traducirlas en fotografías y documentales sin caer en el amarillismo, el sensacionalismo, el irrespeto y la misma revictimización de las personas afectadas por la violencia. Ese es el éxito, el gran mérito de Jesús Abad Colorado.

Jesús Abad, dueño de una descomunal memoria, ha llorado en solitario los muertos de esta patria, sin importarle si eran rojos, azules o colorados, para él simplemente son muertos, la tragedia de una familia, el golpe del desplazamiento; en su trasegar profesional los ha visto caer de todos los bandos y así lo ha documentado y lo explica con claridad meridiana en sus conferencias, sin sesgos, sin matricularse.

Mantener viva la esperanza, un pacto por la vida, la memoria en clave de futuro y recorrer el territorio en busca de la verdad, son herramientas sencillas que nos entrega este periodista para seguir en la brega, nos invita a ser buenas personas que no es mucho pedir en esta patria polarizada en medio de un conflicto armado que desgraciadamente no termina, que hoy está en todo su furor, con tendencia a empeorar. Yo me quedo con la cátedra de Jesús Abad Colorado, porque ha sido forjada en los caminos polvorientos de esta Colombia olvidada, sacudida desde sus orígenes por la muerte.

Gracias a los directivos de Apartadó Estéreo por la invitación, por la acertada idea de traer a la región a Jesús Abad y que sigan cumpliendo muchos años al servicio de la región.

Apartadó Antioquia/febrero del 20205.